El trazado consiste en dos circunferencia de
igual radio que se intersecan por sus respectivos centros. La figura resultante
es una porción intermedia que parece el contorno de un pez. Por analogía con la
forma se le dio el nombre de Vesica
Piscis.
Se dibuja una circunferencia con los dos extremos del diámetro A y B
Trazamos otra circunferencia con centro en A y radio AB
y otra circunferencia igual con centro en B y radio BA
La figura obtenido es la Vesica Piscis.
La zona intermedia parece la forma de un pez.
Pensemos en un mundo plano.
La circunferencia es la curva exterior, cuyos puntos equidistan de un centro. El círculo es la parte del plano que contiene la circunferencia.
Desde el modo de pensar del ser humano de la
antigüedad, las figuras geométricas también tienen un valor de símbolo. Es
decir, el círculo y la circunferencia además de figura tienen otro significado.
Por comparación, el sol, la luna, los arcos que describen las estrellas en el
cielo, y el mismo contorno del cielo, tienen esa forma circular. Por este
motivo, podemos establecer la relación entre una circunferencia y el cielo.
Sustituimos una cosa por otra, esto es un símbolo, pero se le ha dado un
significado que va más allá del significado obvio.
La circunferencia es finita, cerrada como
contorno; al mismo tiempo es infinita. ¿ Donde está el principio?. Parece que principio y fin se confunden.
Además si establecemos la relación entre su longitud y el diámetro, obtenemos
un número infinito, el célebre π = 3,14159265358979323846,…∞
Por este motivo es una excelente figura para
representar lo finito y lo infinito.
Así, las dos circunferencia interconectadas
de la Vesica Piscis ,
sirven como símbolo del mundo visible e invisible, del más acá y del más allá,
del cielo y de la tierra.
La porción intermedia que se asemeja al pez
sería el mundo intermedio. El plano participa de ambos mundo, al mimo tiempo
finito e infinito, entre el cielo y la tierra.
Otros símbolos asociados a la Vesica Piscis son: la vulva, la santidad,
lo sagrado, la puerta y la llama.
Este punto es la clave para comprender el
significado de imágenes o arquitecturas sagradas. Las dibujos geométricos
funcionan como símbolos. Los símbolos son una forma de pensamiento humano
mediante dibujos, donde se hacen coincidir dos conceptos diferentes. Un símbolo
utiliza el mundo real visible y se puede asociar con el mundo invisible.
Aquello que es inexpresable mediante el
lenguaje verbal se comunica mejor con una imagen que es más intuitiva. Por este
motivo el símbolo trasciende las palabras y penetra mejor en la conciencia.
En consecuencia las religiones han utilizado
este recurso para transmitir conceptos que se escapan a las palabras. Revelan una enseñanza de difícil expresión.
Uno de estos símbolos trascendentales es la Vesica Piscis. Figura
ampliamente representada en las pinturas sagradas, como la mandorla del
Pantocrátor románico, en esculturas y pinturas. Cristo y la Virgen se representan
dentro de una mandorla, con forma de
almendra.
El símbolo de la tierra es el cuadrado y el
cubo; pero en el caso de la mandorla un círculo representa el cielo y el
otro la tierra, el mundo superior e inferior, o el espíritu y la materia. Una
figura primordial de la geometría sagrada que simboliza una dualidad de dos
elementos opuestos que producen una unidad.
Como ejercicio de geometría la mandorla es la
base de la mediatriz o mitad de un segmento que da la perpendicularidad con
respecto a una horizontal; o también es la bisectriz del ángulo de 180º, que produce un ángulo recto. Su valor además incluye la generación de todas
las figuras geométricas poligonales, a partir de este sencillo trazado.
La Vesica Piscis es un símbolo del principio femenino que genera la vida. La puerta con forma de almendra por donde nacen los bebes. En geometría la Vesica Piscis es el origen de todos los polígonos regulares y en la religión es el portal donde se encuentran los nacimientos de las divinidades.
Pasemos a la tercera dimensión.
Si un círculo plano rota sobre su diámetro
360 grados genera una esfera tridimensional. La esfera y la semiesfera son las
versiones tridimensionales de la circunferencia y la semicircunferencia.
También por una relación de semejanza entre estos cuerpos geométricos se
comparan con la bóveda celeste. Los constructores en sus obras arquitectónicas
identificaron las bóvedas y nichos semiesféricos con el firmamento.
Tanto la circunferencia y círculo como la
esfera son la imagen gráfica de una realidad visible como el cielo y la bóveda
celeste, e intentan enseñar de manera sintética otra realidad superior como es
el infinito.
La aplicación práctica en arquitectura más sobresaliente de la vesica es el arco ojival, arco apuntado o almendrado que se ha utilizado en el las catedrales góticas. Del mismo modo que la circunferencia, el arco ojival puede rotarse y trasladarse en el espacio. La punta del arco asciende al cielo y las dos circunferencias que lo diseñan de forma metafórica serían el cielo y la tierra.
El arco ojival puede transformarse mediante un movimiento de traslación. El desplazamiento paralelo del arco apuntado produce como resultado una bóveda que puede ser de cañón apuntada o también de crucería.
La bóveda de cañón apuntada se genera al trasladar el arco ojival a través del eje longitudinal. Se puede utilizar para cerrar un espacio como un refectorio.
La bóveda de crucería o de ojiva esta compuesta por arcos ojivales que se entrecruzan de forma diagonal en los nervios. El punto central donde se unen los arcos se llama clave. Este tipo de bóveda se utilizó en la arquitectura gótica para el cubrimiento de edificios religiosos y civiles.
En conclusión las formas geométricas tienen un valor añadido simbólico. Pueden utilizarse de forma plana como en pintura religiosa, o tridimensional como en la arquitectura. Transmitiendo ese símbolo a la conciencia.
De este modo el ser humano medita sobre lo sobrenatural.
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